
El gobierno de Donald Trump calificó a Chicago como una “zona de guerra” el domingo y ordenó el despliegue de soldados. Pese a la administración demócrata del estado y dos decisiones de una jueza federal, e plan presidencial sigue adelante. Para el mandatario, que tomó decisiones similares en ciudades como Portland, Washington y Memphis, el envío de tropas es una estrategia fundamental en su ofensiva contra la delincuencia y la inmigración.
Trump argumenta que el uso de las tropas es necesario para sofocar la violencia en las ciudades controladas por los demócratas, combatir la delincuencia y apoyar sus iniciativas de deportación. Se ha topado con un conflicto con varios gobernadores estatales demócratas, quienes se han resistido a estas iniciativas y afirman que los despliegues son innecesarios y podrían agravar las tensiones.
Washington, “crimen, sangre y miseria”
El presidente Trump desplegó la Guardia Nacional de Washington D. C. y asumió temporalmente el control de la policía de la ciudad.
“Anuncio una acción histórica para rescatar la capital de nuestra nación del crimen, el derramamiento de sangre, el caos, la miseria y cosas peores”, declaró en ese momento Trump. “Hoy es el Día de la Liberación en Washington D. C. y vamos a recuperar nuestra capital”.
Fuerzas federales inundaron la ciudad: se pudo ver desde agentes de ICE hasta empleados federales del correo en diferentes zonas urbanas de la capital. La medida, que no duró demasiado tras un acuerdo entre Trump, jueces que se opusieron al despliegue y la alcaldía local, buscaba enfrentar problemas como picos de violencia y una visible falta de vivienda y la consiguiente sobreabundancia de personas en situación de calle. El presidente aseguró que ambos factores conforman un colapso de la seguridad pública.
Chicago, “zona de guerra”
En Chicago, Illinois, el gobernador J.B. Pritzker anunció el lunes que la administración Trump planea desplegar 100 militares en el estado para proteger las instalaciones del ICE. “Lo que he estado advirtiendo ahora se está haciendo realidad”, declaró Pritzker en una conferencia de prensa, sin ofrecer más detalles.
Trump había sugerido anteriormente que Chicago podría ser el próximo objetivo de un despliegue de la Guardia Nacional, pero desde entonces se ha retractado por temor a que hacerlo sin el acuerdo de Pritzker pudiera generar problemas legales.
En cambio, la administración ha utilizado agentes civiles de las fuerzas del orden en su represión contra inmigrantes y manifestantes. El viernes pasado, agentes en Chicago presuntamente dispararon gases lacrimógenos y balas de pimienta contra una multitud de más de 100 manifestantes frente a una instalación del ICE en Broadview, al oeste de Chicago, después de que algunos intentaran bloquear un automóvil cerca del lugar.
Enfrentamientos similares se han producido en las últimas semanas, con manifestantes bloqueando la entrada y salida de los vehículos de los agentes de las instalaciones.
Memphis, “liberar a los ciudadanos”
Las autoridades federales y estatales han ampliado las medidas de seguridad en la segunda ciudad más grande de Tennessee a través del Grupo de Trabajo de Seguridad de Memphis, que ahora incluye al menos 219 agentes federales. La fiscal general de EE. UU., Pam Bondi, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, visitaron la ciudad el miércoles.
“Están desatados”, dijo el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, a los agentes el miércoles. Posteriormente, describió la medida con crudeza.
“Vamos a arrasar con los elementos criminales en esta ciudad y, por lo tanto, liberar a los ciudadanos respetuosos de la ley”, dijo Miller.
El grupo de trabajo ha realizado 93 arrestos esta semana, según informó Bondi en X el jueves por la mañana. Sin embargo, la Guardia Nacional no ha sido oficialmente desplegada y no se espera que esté operativa hasta dentro de un par de semanas aproximadamente, declaró el jefe de policía de Memphis, C.J. Davis, durante una reunión comunitaria el jueves. Incluso cuando lleguen, el despliegue de la Guardia Nacional en Memphis será muy diferente al de una ciudad como Washington, D. C., añadió.
Portland, “en llamas”
Trump busca nuevamente usar la Guardia Nacional para responder a las manifestaciones, tras las protestas cerca de un edificio de ICE en Portland a principios de octubre. Agentes federales, incluyendo del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Agencia de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP), se enfrentaron con manifestantes que se oponían a la iniciativa de deportación masiva de Trump.
Trump afirmó que la ciudad está “en llamas”, pero la gobernadora de Oregón, la demócrata Tina Kotek, afirmó que “no hay ninguna insurrección en Portland ni ninguna amenaza para la seguridad nacional”. El gobierno de Trump ha tomado medidas para enviar 200 efectivos de la Guardia Nacional de California al vecino Oregón para responder a las protestas. Sin embargo, la jueza federal Karin Immergut, nombrada por Trump durante su primer mandato, lo ha bloqueado temporalmente. El sábado, la jueza Immergut impidió que Trump federalizara la Guardia Nacional de Oregón. “Esta es una nación de derecho constitucional, no de ley marcial”, escribió en su fallo. Al día siguiente, emitió una orden de restricción temporal contra el despliegue de la Guardia Nacional de California en Portland por parte de Trump. Se espera que el gobierno de Trump apele.
La Guardia Nacional, actor central
La Guardia Nacional está compuesta principalmente por tropas estatales que suelen responder a situaciones como desastres naturales o grandes protestas
Los 50 estados del país, el Distrito de Columbia y los territorios de Guam, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE.UU. cuentan con su propio contingente de tropas de ese cuerpo.
Una disposición de la ley militar estadounidense regula la autoridad del presidente para desplegar la Guardia Nacional por iniciativa propia.
El artículo 10, sección 12406, del Código de Estados Unidos permite al presidente llamar a tropas de la Guardia Nacional de cualquier estado en servicio si el país es “invadido o está en peligro de invasión por una nación extranjera”, o si “existe una rebelión o peligro de rebelión” contra el gobierno estadounidense.
Trump invocó esta ley para federalizar a 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en junio con el fin de apoyar las misiones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, también citó la ley en un memorando con el que puso a 200 miembros de la Guardia Nacional de Oregón al servicio del gobierno federal el 28 de septiembre.